Centochiodi di Ermanno Olmi

Rescato este texto que escribí a finales de septiembre de 2008 tras ver “Centochiodi” de Ermanno Olmi. El director ha fallecido hoy.
CIEN CLAVOS (CENTOCHIODI) de Ermanno Olmi El director, Ermanno Olmi, deslumbró a medio mundo a finales de los años 70 con "El árbol de los zuecos", pero no todos conocíamos que comenzó su carrera hace más de 50 años adentrándose en el terreno de los documentales. Terreno que pisa con fuerza durante toda su carrera, rodando más de 40. Diversos festivales de cine (Venecia, Cannes, Valladolid, Huesca) se han rendido a su talento otorgándole merecidos premios por su trabajo narrativo: "Il posto" (1961), "Los novios"(1963), "Larga vida a la señora" (1987), "La leyenda del santo bebedor" (1988) y la citada "El árbol de los zuecos"(1978) son quizá sus obras fílmicas más conocidas, catalogadas como películas narrativas. No obstante, existe la opinión de que toda su narrativa es en realidad cine documental. Todas sus películas son reflejo de su vida. "Il posto" narra las desventuras de unos jóvenes trabajadores en Milán (ciudad en la que Olmi encontró su primer trabajo), " Los novios", una película basada en la industrialización del sur de Italia (Ermanno pasó su niñez entre obreros)y "El árbol de los zuecos" basada en la vida de unos campesinos en Bergamo (firme retrato de su etapa adolescente). El propio Olmi confesó antes del rodaje que "Cien Clavos" (Centochiodi) sería su última película narrativa. Tras verla, me reafirmo en mi opinión de que todas sus películas son un puro documental: Ermanno Olmi dejó la vida en la ciudad en 1976 para trasladarse junto a su familia a la apacible vida rural. Otra posible razón por la que Olmi parece un documentalista, es que apenas usa actores profesionales en sus películas, salvo un par de excepciones: Rod Steiger (" E venne un uomo" , 1964) y Raz Degan ("Cien clavos", 2006). "Cien clavos" comienza con un delito, un crimen contra el saber humano. El lugar: una biblioteca a rebosar de años y de libros. Parece que encierra todo el saber universal, todo el Saber proveniente de Dios, toda la Verdad...el día siguiente al final de curso, aparecen cien libros milenarios atravesados con sus cien respectivos clavos. Material éste suficiente para que Agatha Christie desplegase su ingenio: la biblioteca está cerrada con llave, se vió el día anterior a un joven desconocido haciendo fotografias de alumnos, guardias de seguridad, escalera de acceso a la biblioteca, y a una joven oriental desconocida merodeando por la zona... Volvamos a Bolonia, donde es el último día de clase y un joven profesor de filosofía termina la lección deseando buen verano a sus alumnos. En el pasillo, un joven con gafas fotografía el interior. Una estudiante india( Amina Syed) solicita hablar con el Profesor ( Raz Degan) en la biblioteca, dónde el obispo acude diariamente a estudiar. La conversación, un pequeño debate sobre la utilidad de los libros, finaliza con una caricia, con un beso. Ya que según el Profesor, hay más verdad en una caricia que en todos los libros de la biblioteca. La universidad y la biblioteca cierran sus puertas como siempre, y a la mañana siguiente, el guarda hace su ronda matinal descubriendo aterrorizado el delito. Lo que parece un acto de protesta política, una rebelión literaria suscita el interés de las autoridades locales. Tras una serie de interrogatorios, se descubre que fue el Profesor el "culpable" de dicho acto. Éste huye, deja el lugar en su Audi descapotable. Se adentra en mitad de la nada, en la ribera del Río Po, junto al pueblo "Il bagno di san Vito". El Profesor abandona su vida anterior para comenzar una nueva vida al margen de su actividad profesional, alejado del estrés de la ciudad, de la rutina de las clases y de su intención de tomar votos. Abandona el lastre material, el coche, la ropa...guardando para sí unos pocos euros y una tarjeta de crédito. Pronto encontrará su hueco en el apacible pueblo. Una casa abandonada que se convertirá en su Belén particular, una panadera con cierta semejanza a María Magdalena, una serie de pequeños momentos que lo convierten en Jesucristo ( y así lo llama todo el pueblo). Como tal, se adapta a la vida sencilla, a las sandalias "de nazareno", a la comida espartana y a las horas de soledad. La película incluye ciertos guiños a la historia bíblica ( el milagro del vino, la parábola del hijo pródigo) mientras fluye entre silencios y pequeñas verbenas donde los vecinos muestran su alegría y reuniones junto al Po. Precisamente esa cercanía al río les dará un gran quebradero de cabeza. Y es que hasta allí llega la especulación inmobiliaria de la mano de multas y desahucios. Como en los Evangelios, el Profesor es llevado ante la justicia (el momento más brillante del film), cuando un sargento lleva a cabo su interrogatorio. Un interrogatorio amable, acompañado de un café. Todo lo que se puede leer antes del visionado del film, da una imagen equivocada de lo que en realidad esta película representa. Parece una mera herramienta de entretenimiento, y sin embargo es un film sobre un cambio de vida, un momento de catarsis, de descubrimiento interior, de viaje emocional dentro de uno mismo. El argumento no se limita al viaje emocional del Profesor, sino que transmite mucho más allá de la imagen, de la bellísima música de Fabio Vacchi. El guión continua dentro de nosotros, cuando sentados frente a la pantalla asentimos dando la razón al Profesor en muchos de sus planteamientos vitales: "Vale más un café con un amigo que todos los libros del mundo". Si este tesoro fílmico se acerca a vuestras ciudades, os recomiendo que la veáis. No esperéis efectos especiales (sí emocionales), ni conocidos actores. Esperad una historia que da que pensar, que conmueve, que sacude, una fotografía y una música bellísimas. Esperad un adiós profesional digno de este genio septuagenario. (27 de septiembre de 2008)

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